A quien no le guste, que no lea

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martes, 3 de mayo de 2011

Rescatada por Steven Seagle

En ocasiones, cuando la realidad me supera y tengo la certeza de que la cabeza me va a estallar en mi pedazos con tanta desgracia ‘terremotzunímica’, bombardeos al acuífero de la energía petrolífera y otros muchos desastres entre los que no contaré el perpetuo mal gusto de Telecinco, en estas ocasiones, digo, me evado de la mía buceando en la vida glamurosa de la gente conocida, como dicen los franceses. Aunque no acudo a la de cualquier famoso, no, sólo me inmiscuyo en la de aquellos que tienen un cierto grado de ‘rareza exótica’.
Por ejemplo, Michel Stipe, cantante del grupo estadounidense REM, con el que estoy segura de que comparto algo más que apellido. A mí la vida de este muchacho me produce gustosos estertores. No se enmarca en ninguna de las limitadas categorías sexuales en las que normalmente nos clasificamos las personas. Probó suerte tanto en Venus como en Marte, sin complejos, aunque con pies de plomo. No pudo librarse del qué dirán, pero tampoco se dejó influenciar demasiado por las ventas de sus discos (o eso dice él). El caso es que finalmente descartó a las mujeres y conoció al que ahora es su media naranja, del que se encuentra profundamente enamorado, según él mismo. No me digan que esto no te hace olvidar el mal que puebla la faz de la tierra. Me hace sentir aún mejor que ‘Ex-posados’. Y aunque lo parezca no bromeo.
Britney Spears es otro pececillo al que me gusta contemplar. Si miramos más allá de la vulgaridad que parece haber arrastrado con cada uno de sus pasos vitales (yo de lo profesional paso bastante), hay que decir que esta chica es un icono de la superación casi tan grande como del hundimiento. Vuelve a sonreír, lo que significa que vuelve a cantar, lo que significa que vuelve a producir. El caso es que tiene una voluntad tan volátil como un papel de fumar en el ojo del huracán. Por eso su mánager ha blindado el entorno de la princesita del pop, y no permite que nadie se fume ni un cigarro electrónico delante de la cantante. Es más, los bailarines de su gira están obligados a pasar test anti-dopaje tan a deshoras y férreos como los que sacuden cada año el Tour de Francia. Increíble, cada sábado me planto a las 15 horas frente a Antena 3, esperando el día en que ‘biografilmen’ a esta muchacha. Estoy convencida de que nos sorprendería.
No estoy colgada, qué va, simplemente trato de recobrar el sentido con ayuda de esa otra realidad que protagonizan auténticos iconos como Steven Seagle, quien ha hecho de la ficción una realidad y trabaja actualmente como Sheriff adjunto de reserva en la comunidad de Jefferson Parish, Luisiana (Estados Unidos), ¿no es maravilloso?

Publicado en La Opinión de Murcia el 22/03/2011
Imagen: Brave New Hollywood 

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