A quien no le guste, que no lea

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lunes, 12 de octubre de 2009

Nobel al poder

El Nobel de la Paz es un premio que se otorga "a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz". Según esta frase que dejó escrita el sueco Alfred Nobel ni la mitad de los premiados desde que se constituyera el ranking mundial de buenos samaritanos lo merecen por incumplir una, dos o las tres dotes buenistas (las tres han de estar necesariamente presentes en el premiado, presuntamente, como digo). Hagamos un mini repaso al asunto. Yo iré enumerando a algunos de los galardonados desde 1901 y ustedes adivinan (con una pequeña ayuda) dónde está el truco.
Veamos: Theodore Roosevelt lo recibió en 1906, año en el que mandó ocupar Cuba. Antes había permitido la creación de la base de Guantánamo con todo el conjunto de condiciones abusivas que todos conocemos. Y antes de eso instigó la revuelta de Panamá, que entonces pertenecía a Colombia, para poder construir el famoso canal que controlaría Estados Unidos. Para coronar esta diminuta biografía, soltó por su presidencial boca: “Los Estados Unidos deben intervenir para defender sus intereses en el conjunto del mundo”. No digo más. ¿Por qué le dieron el Nobel de la Paz, pues? Por hacer de árbitro entre Francia y Alemania y entre Japón y Rusia.
Otro galardonado fue Thomas Woodrow Wilson, en 1919. El vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos invadió México, Haití y República Dominicana para establecer con aquellas maneras una democracia liberal en estos países que hoy en día todos sabemos cómo están y lo que les ha llovido desde los treinta del pasado siglo. No dijo ni pío al inicio de la Primera Guerra Mundial hasta que los alemanes se cargaron el barco británico RMS Lusitania (mayo de 1915) donde murieron 114 estadounidenses. Obligó a los varones estadounidenses a hacer la mili y a no beber ni una gota de la bebida demoníaca: el alcohol. ¿Por qué le dieron el Nobel de la Paz, pues? “Por su impulso a la Sociedad de Naciones y por la promoción de la paz después de la Primera Guerra Mundial mediante el Tratado de Versalles”. Las malas lenguas dicen que este tratado impulsó la Segunda Guerra Mundial.
Termino con el líder palestino Yasir Arafat y el actual presidente del Estado de Israel Shimon Peres, ambos nobelizados en 1994. ¿Realmente necesitan pistas en este caso? Como siempre, otorgo a los lectores el beneficio de la inteligencia.
Tras este breve repaso llegamos a Barack Obama, quien hace unos días se quedó sin palabras, como muchos de nosotros, al saberse ganador del galardón internacional. ¿Qué ha hecho el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos para merecerlo? No podemos decir que no haya plantado un puñado de semillas, el problema es que no sabemos cómo van a germinar. En cualquier caso los Nobel son premios elitistas, lo admitamos o no, pues conozco a un par en mi barrio que lo merecerían año tras año.

Imagen: www.flickr.com

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