Prefiero ser absurda a mi manera, ya saben. Porque a mí, realmente, no me impresiona en absoluto que le roben a los ricos, y no lo digo por envidia insana de pobre. Les contaré que lo que a mí me hace temblar el mondongo navideño son otro tipo de desgracias o gracias, según el caso. Ejemplo: por si no lo sabían, mientras en EE UU se confeccionan las típicas listas de los famosos más bellos, los VIP más buscados, los deportistas más molones y demás inutilidades que van en contra de toda la filosofía de Confuncio, en China reservan el inventario para los animales “que conmovieron” al país del arroz tres delicias. Este año la encabeza Zhu Jianqiang, que el buen estudiante de chino sabe que significa ‘cerdo fuerte’. Y tanto, pues el animal sobrevivió más de un mes lapidado en su pocilga después de que ésta se le viniera encima durante un terremoto de 7,9 en esa escala de pronunciación endemoniada. No, no, lo extraordinario no es esto, pobrecito, sino la que le ha caído ahora, pues los periódicos del gigante asiático recriminan al animal, que vive en un museo donde ha engordado mirando a los miles de turistas que le fotografían, haberse vuelto “un vago y un desagradecido”. Es lo que tiene humanizar otras carnes.

Como la del perrito perdido en Barajas, que tiene a su dueño acampado en la T4, dispuesto a no moverse mientras Iberia no deshaga el entuerto y recupere a Pancho (nombre supuesto, claro), que para eso lo perdió. Mira que si no fuera por lo avanzado del mes, bien hubieran podido aprovechar el caso los publicistas de la ONCE.
Aunque para perlas las negras que comerán los pobres de Milán estas navidades gracias al tráfico ilegal de caviar y la generosidad del jefe de policía de allá. Estoy por hacerme un vueling con mi ropa de hace tres temporadas, yo que nunca pasé de la hueva de mújol.
Para cerrar el ejemplario, el Belén de la discordia montado en la entrada de la Fiscalía General del Estado, que tiene enfrentados a los magistrados españoles. El laicismo se resiente, nuestro pasado católico no nos abandona, la integración de otras culturas sigue siendo un ideal aún inalcanzado.
Mientras 2009 nos reserve noticias y situaciones similares, no hay que temer a crisis alguna ni a las medidas Pin y Pon para acabar con ella y, mucho menos, a terminar el año con una mano delante y otra detrás, ¿qué más podemos perder?
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