La celulitis de los indignados

Selena tiene celulitis, ¡viva Selena! No es fácil que un mito mundial aparezca en un medio de comunicación enseñando sus averías a sus millones de fans que lo darían todo por convertirse en un calco de la dieciochoañera. ¿El mundo está cambiando, se acabó lo del imperio de la superficialidad, de la perfección artificial? El traje de Spiderman lo lleva ahora un muchacho negro con permiso del blanco y difunto Peter Parker, y esto seguro marcará a unas cuantas generaciones que desde 1962 crecieron observando bajo la máscara del súper héroe estadounidense la tez pálida de un muchacho tímido de clase media (que debía ser por entonces la pinta que se estilaba entre el ochenta por ciento de la población estadounidense, única que interesaba a los jefes de ventas). Ahora marcará a los otros millones de afroamericanos y latinos que desde ahora lean las aventuras de Miles Morales, cuyo traje también oscurece, se aleja un poco de la bandera norteamericana que cubría su sucesor y se acerca más a la realidad que anda por las calles del gigante americano. No es casualidad, pues no sólo la, de momento, primera potencia mundial la dirige un señor de tez oscura, sino que los blancos serán minoría en Estados Unidos a partir de 2042, superada con creces por latino-afro-americanos. Pingües beneficios para los editores de Marvel, no cabe duda.

Bueno, no sé si este tipo de noticias se están lanzando ahora para evitar que pensemos en la pesadilla electoral que ya se nos está insinuando de cara al 20N, una gran fecha para reafirmar la democracia, y no lo digo porque mi amiga Lucía cumpla entonces un año de casada, sino porque supuso una gran liberación física y emocional para millones de personas en nuestro país. ¿Conseguirá el 20N de éste nuestro años 2011 surtir ese mismo efecto en nuestra dispersa sociedad? No sé qué decirles. Personalmente, no he escuchado nada de nadie que me haga pensar que nuestras vidas van a mejorar gracias a los políticos y sus políticas, caiga quien caiga en el sillón presidencial.

Para colmo, el movimiento 15M me tiene un tanto desilusionada, pues eso de que centren todas sus fuerzas y energías en tomar otra vez la madrileña Puerta del Sol se me antoja corto de miras. Sí es verdad que han evitado (o más bien dilatado) unos cuantos desahucios. No basta. ¿Dónde están las propuestas para que, al estilo de Estados Unidos, se permita a los que se quedaron sin casa empezar de cero, sin casa pero sin deudas? ¿Y los controles a los gobernantes, empezando por exigirles una formación mínima para que puedan administrarnos? Y lo más importante, ¿para cuándo evitar la imagen de que los indignados, para serlo, deben llevar raftas para entrar en la tribu? Si los más de cuatro millones de parados, con o sin ellas, dejaran el tedio en casa otro ‘69 cantaría.

Publicado en La Opinión de Murcia el 9 de agosto 2011

Imagen: www.yodibujo.es