En estos tiempos en los que los primeros besos de la mañana se envían por correo electrónico, lo más normal del mundo es hacer compras varias sin quitarse uno la bata. Nada nuevo. Sin embargo, y desde que dejé de satanizar la adquisición de billetes a través de mi impresora (no me fío de lo que no tiene ojos, que son los únicos incapaces de mentir), sigo flipando cada vez que

al precio de oferta le añaden los 'gastos de gestión'... Vamos a ver: fui yo la que se puso el despertador, la que se guiñó un ojo ante el espejo del lavabo, toqué la guitarra con mi espina dorsal al agacharme y enchufar el ordenador y tecleé destino y fecha deseados... Fui yo quien compró el carísimo cartucho de una baratísima impresora, los folios reciclados con productos corrosivos y las gomas del pelo en el tiradísimo chino de la esquina para poder ver la pantalla... Así que si lo que estoy pagando es el buscador, pues bien, pero que me cobren, después de todo esto (y mucho más que os ahorro), los gastos de gestión... qué queréis que os diga, me jode...
(Foto: Daniel Enrique Gonzales Sifuentes )
1 comentario:
Yo creo que Unamuno se qudó corto con eso el "me duele España", a mí más bien me jode, me solidarizo contigo.
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